CECATANATOLOGIA

AÑO 2016, ENERO- FEBRERO VOL. 13 No. 99, 11/ENERO/16
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Cómo citar el artículo:
Rosas A. L.  "Ser acompañados en las perdidas". (enero- febrero, 2016). Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S. C. [en línea] 12 de enero,  2016. Vol. 13, No. 99. Disponible en Internet:  http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.

                                      
SER ACOMPAÑADOS EN LAS PERDIDAS
Ana Laura Rosas Bucio


Perder es una experiencia muy dolorosa, nos hace experimentar mucho dolor y una terrible sensación de soledad, ya que toda nuestra energía se concentra en el dolor de lo que perdimos, dejándonos la sensación de estar viviendo una vida llena de dolor y con una soledad inmensa. 

Y aunque es cierto en parte, porque esa persona se fue ya y ya no la volveremos a ver, hay otra parte que no es cierta, solos no estamos, están todos los demás que comparten nuestra pérdida con nosotros, ya sea porque también perdieron a ese ser querido, o porque nos quieren y estiman y aunque nunca hayan conocido a esa persona que se fue, nos conocen a nosotros y les somos importantes y nuestro dolor les duele a ellos también. 
El duelo es una experiencia personal, que no podemos evitar sentir si perdemos a un ser querido o algo importante para nosotros. Evitarlo sería muy peligroso, es una experiencia dolorosa, pero que nos ayudará a reajustarnos en la vida, a madurar y crecer después de la pérdida, y lo real es que el duelo es la consecuencia lógica de amar a las personas o de querer las situaciones que tenemos en la vida. Y que al perderlas, pues lógicamente nos dolerá. 
Pero aún y con eso, hay que seguir amando, con toda la intensidad de la que seamos capaces y si perdemos a esa persona, pues dolerá, pero nos quedaremos llenos de esas experiencias vividas, del cariño recibido, nutridos y fortalecidos por haber conocido a esas personas, y listos para continuar viviendo, con la posibilidad de volver a amar, claro sin dejar de querer a esos seres que ya se fueron, pero entendiendo que su labor en esta vida, o en nuestra vida ya se termino.
Y una forma muy efectiva de poder pasar un duelo no tan dolorosamente es el dejarnos acompañar en esos momentos. No tenemos porque transitar solos por esa experiencia, y si bien es cierto nadie puede experimentarla por nosotros, si puede acompañarnos en nuestro dolor y en el tránsito que tenemos que pasar para aliviarlo. 
Si el cariño hacia ese ser querido que se fue, es en parte el generador del dolor que sentimos, es el cariño de los demás que nos rodean el que nos hará más fácil el proceso de aliviar ese dolor y de darnos cuenta que el haber perdido a un ser querido, nos trajo como regalo el recordar y sentir todo el cariño que otras personas sienten por uno. 
A veces andamos por la vida corriendo siempre, con prisas y olvidamos decirle a los nuestros lo importante que son y cuanto lo queremos y en momentos de dificultad es cuando vemos que el otro o la otra se la esta pasando mal y decidimos acercarnos y acompañarla/o, y lo hacemos porque la/lo queremos, nos duele, y queremos que su dolor sea menos, y si nuestra compañía puede aliviar, puede recordar a esa persona que no esta sola, que existimos más personas que lo queremos y que queremos que este bien.
Y uno, que esta pasando por ese momento difícil, recuerda y/o reconoce cuantas personas también son cercanas, también son importantes y aunque ninguna sea aquella que se fue, son todas las otras que son parte de nuestra vida y que nos quieren.
Se que a veces cuando uno esta muy triste, nos dan muchas ganas de estar solos, y de tristear, de encerrarnos a recordar y recordar, y eso es normal, hasta saludable en parte, porque nos permitirá ir aceptando la realidad de nuestra perdida, nos dejará lamernos nuestras heridas a solas, porque solo nosotros sabemos lo que significo esa persona que se fue en nuestras vidas. Pero esto también puede hacernos sentir muy solos, de ahí la importancia de también dejarnos acompañar, de aún y con nuestro dolor, dejarnos disfrutar la compañía de los otros, y aprovechar esos instantes para reforzar los lazos existentes, hablar de nuestras preocupaciones, hablar del dolor mismo y escuchar también lo que los demás sienten o piensan de la situación, recordemos que ellos también pueden ser dolientes también, porque perdieron junto con nosotros a esa persona, y si no lo son, pueden tener una mirada más objetiva, más clara de lo sucedido, y darnos todo su cariño y paciencia también.
Y para los que somos acompañantes, siempre sera un placer apoyar a alguien querido en momentos de dificultad, si bien es cierto la pasamos maravilloso en los momentos felices, también disfrutamos (de otra manera, es obvio) acompañar a alguien en los momentos dolorosos, porque lo queremos, porque sabemos que nos necesita, porque es regresarle un poco de lo mucho que probablemente esa persona nos ha dado. Porque ayudar nos nutre, nos hace crecer, nos fortalece el alma. 
Acompañar es un acto solidario de amor, de comprensión de la realidad del otro, de apoyo y ayuda que siempre a todos nos va a hacer ser mejores seres humanos. 
Y dejarse acompañar es un acto de agradecimiento, de reconocimiento de que en este momento no estamos sólidos, ni fuertes y necesitamos de los demás, también es un acto de amor, porque le estamos permitiendo a los demás que nos demuestren su solidaridad y cariño. Pero principalmente es un acto de humildad, porque en esos momentos no estamos fuertes para sostenernos solos y necesitamos a los demás para no caer.
Entonces, en el acompañamiento en los momentos de duelo, todos salimos ganando, y aún con el dolor que se esté experimentando, también hay que reconocerlo, hay un hermosa sensación de placer de saber, que aún en los momentos difíciles de nuestra vida, solos no estamos, nos quieren y apoyan un pequeño o un gran grupo de gente que no nos dejaran caer. Y esa situación nos regala una sensación tan placentera, saber que aunque nos sintamos solos por la perdida de un ser querido, no lo estamos porque están todos los demás a nuestro alrededor. Y esto cura, hasta el alma mas adolorida, hasta la pérdida mas dolorosa. La cercanía de los demás jamás llenara el hueco que deja aquella persona que se fue, pero si llenara nuestra alma de todo el cariño que los demás sean capaces de darnos. 
Dejarnos acompañar no es para olvidar a quien se fue, es para que mientras nos reponemos de nuestra perdida, no lo hagamos solos, recuerden, dos cabezas siempre piensan mejor que una, y dos corazones o más siempre llenaran de cariño mas fuerte y duradero un alma. Y no porque recibamos el cariño de los demás dejaremos de querer a quien se fue, ese cariño probablemente siempre estará y habrá un vacío en nuestro corazón, pero ojala este vacío este rodeado de todo el cariño que los demás nos tienen. Nunca será lo mismo un hueco vacío rodeado de amor, que un hueco vacío rodeado de nada.   
Y si por alguna razón no hay quien pueda acompañarnos de nuestra familia o amigos, recuerden que también hay muchas personas que quieren hacerlo aunque ni siquiera nos conozcan, son acompañantes profesionales, ya sea voluntarios en hospitales o en casa, o profesionales de la salud emocional que saben como hacer acompañamiento y por lo tanto saben como guiarnos para que nuestros procesos se vayan acomodando con facilidad y vayamos entendiendo y/o resolviendo nuestras situaciones en la vida, pueden ser mujeres u hombres voluntarios, Tanatólogos/as, Profesionales de la Psicología, enfermeras, médicos, etc. que aunque no nos conozcan quieren ayudar a todas aquellas personas que pasan por momentos difíciles de duelo. Afortunadamente ya existen muchos profesionales en diversas áreas de la salud, capacitados ya en el manejo tanatológico en el duelo que pueden apoyarnos en cuando estamos pasando por esos momentos. 
Yo he sido acompañante como amiga, como familia, como profesional de la psicología, y la tanatología, y también he sido doliente y me he dejado acompañar por amigos, familia y profesionales y se al haber estado ya de ambos lados y en todas las formas posibles, que siempre siempre sera un placer regresarle un poco de mucho recibido a mis seres queridos, y el orgullo que me da saber que pude ser de utilidad a alguien que aunque no sea de mi familia, lo pude apoyar o ayudar. Y se que mis propios duelos fueron mucho más fáciles de llevar porque había gente hermosa y que me quería alrededor.
Aún y en las situaciones más difíciles en la vida, podemos encontrar placer, solo es cosa de quererlo encontrar y disfrutar. Ahhh y recuerden que el que disfruten de la compañía de alguien más en los momentos de duelo, eso nunca significa que no queremos a nuestro ser querido que se fue, recuerden, siempre sentimos cariños diferentes porque las personas son diferentes. No dejemos que el dolor de la pérdida no nos deje disfrutar de la compañía de alguien más. Podemos sentir ambas cosas a la vez. Y el disfrute de algo, no quitara el dolor jamas, pero si nos permitirá ir equilibrando en nuestra vida las emociones e ir recuperándonos de esa pérdida.
Seamos solidarios con los demás en los momentos de duelo, pero principalmente dejémonos acompañar, recuperarnos acompañados nos hará más fácil transitar por el proceso de duelo.

Ana Laura Rosas Bucio
Directora General 
de Cecapip s.c.





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Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. Año 3 No.99 semana 2 [11- 17 ENERO] 2015. Es una publicación electrónica semanal editada  y publicada por el Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C., ubicado en  Calle Hidalgo No. 17 A-203, Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México D.F. CP. 09850. Tel. 01(55)54436420, www.cecapip.blogspot.mx, cecapip@hotmail.com., www.cecapip.com.mx .Editor responsable: Ana Laura Rosas Bucio.
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