AÑO 2015, NOVIEMBRE- DICIEMBRE VOL. 12 No. 92, 23/NOVIEMBRE/15
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Cómo
citar el artículo:
Rosas
A. L. "El vicio de posponer las cosas: La procrastinación".
(noviembre-diciembre, 2015). Centro de Capacitación Profesional,
Industrial y Profesional S. C. [en línea] 23 de noviembre, 2015.
Vol. 12, No. 92. Disponible en Internet: http://cecapip.blogspot.mx. ISSN
2007-9486.
EL VICIO DE POSPONER LAS COSAS:
LA PROCRASTRINACIÓN
ANA LAURA ROSAS BUCIO
Muy seguramente a todos nos ha
pasado, que por muchos motivos a veces posponemos la terminación de algunas
cosas, ¿motivos? muy diversos, desde cansancio, hasta que ya no sabemos cómo
continuar o terminar las cosas. Sin embargo, hacerlo de vez en cuando no
termina siendo un problema grave (claro
a menos que aquello que pospusimos en esa ocasión si generara un problema), pero cuando ésta actividad se
realiza de manera habitual se convierte en un pésimo hábito que además de traer
como consecuencia problemas en los ámbitos laborales o escolares o familiares,
también se ha demostrado que tiene un alto impacto a la salud de las personas.
¿Qué es la Procrastinación?
Quien me conoce sabe que si algo me
gusta son conocer las raíces de donde provienen las palabras, porque de esta
manera me permite entender el real y claro significado de las mismas y no las
diversas interpretaciones que se le pueden dar.
La procrastinación viene del
latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus,
referente al futuro, postergación o posposición. Es
la acción o hábito de retrasar actividades o situaciones que deben atenderse,
sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes o agradables. ¡Ups!, ¿eso
nos ha pasado?, ¿No hacer lo importante por hacer algo poco o nada importante?…
¿Dónde lo he visto? ¿Dónde lo he visto?. En muchos lados y ¡siempre!. La
procrastinación es un trastorno del comportamiento que tiene su origen en la
asociación de la acción a realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad. Pudiendo ser psicológico (cuando algo me
genera mucha ansiedad o estrés, físico (cuando estamos cansados) o intelectual
(cuando tenemos que terminar algún trabajo). Procrastinar se usa cuando
sentimos ansiedad generada ante una tarea pendiente de concluir. Lo que se
pospone es interpretado como abrumador,
desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir,
estresante, por lo cual se auto-justifica posponerlo a un
futuro idealizado, en donde creemos que hacerlo más adelante va a resultar
bien y lo único que pasa es que nos presiona más, nos estresa más, nos abruma más.
También la procrastinación podemos
encontrarla como un síntoma de algunos trastornos psicológicos como la
depresión o el trastorno por déficit de atención.
Los procrastinadores al posponer la
tarea importante se refugian en actividades sin valor alguno en la mayoría de
las veces y pueden revisar su Facebook, navegar en internet o en sus redes
sociales en general, leer, salir, comer, descansar o dejarse absorber en exceso por la rutina
laboral y otras ocupaciones, como pretexto para evadir alguna responsabilidad,
acción o decisión.
Y aunque no todos los
procrastinadores están deprimidos, ni con TDA, si es frecuente poder encontrar
que algunos son personas perfeccionistas o con temor al fracaso.
Todos hemos procrastinado alguna vez
en nuestra vida y mientras esto no sea una constante entonces somos Procrastinadores
eventuales, cuya actitud evasiva no se repite habitualmente y por lo tanto
el impacto no es tan grave. Pero si esto es una forma de funcionamiento en la
vida entonces somos Procrastinadores crónicos, cuya conducta evasiva es
constante y repetida en el tiempo y va a dejar importantes consecuencias en la
vida de la persona.
En mi labor como docente veo
constantemente la postergación de las tareas o trabajos hasta un día antes de
la fecha de entrega, aunque la misma haya sido asignada desde el inicio del
ciclo escolar. O en otros sistemas como el pago de impuestos, o en trámites
administrativos veo como prácticamente todos dejamos al final la realización de
los mismos. En realidad lo que sucede es que no sabemos organizar nuestro
tiempo ni autoregular nuestras emociones, lo que pasa es que si esas
situaciones que estamos posponiendo me son tan chocantes, estresantes, evadirlas
entonces “aliviaría” ese malestar que me producen. Hacerlas con tiempo, me
permitirían resolver una situación muy a tiempo. Pero dejarlas significa que
las personas no sabemos cómo manejar las emociones y creer que posponerlas hace
que en este momento no las experimentemos, sin considerar que al final,
probablemente va a ser peor que si hubiera sido en tiempo y forma. Evadir, al
final solo causara más problemas, el
original que no quisimos enfrentar y todos los agregados al paso del tiempo que
se acumularon por la decisión de postergarlo.
Existen 3 etapas en la
procrastinación
Primera etapa: hay ansiedad o
incomodidad frente a eso que hay que llevar a cabo.
Segunda etapa: como una reacción
lógica, nuestro cerebro va a buscar aliviar esa desagradable sensación (pero si
procrastino, buscare hacerlo en otra tarea, no en terminar la misma para que se
quite esa desagradable sensación).
Tercera etapa: el cerebro guarda esa
actividad que pospusimos en el apartado de lo desagradable, y se buscaran
razones lógicas para no volver a llevarla a cabo. Pero al tener que finalizarla
hay más incomodidad, porque no nada más era estresante, sino ahora hay culpa,
preocupación agregada a la postergación de la misma. Y entonces se reinicia el
ciclo generando más estrés y malestar.
Procrastinar hace que además de
sentir más estrés y emociones exacerbadas por el acto de posponer, se vea
reflejado en mayor incomodidad cuando quedamos mal con los demás, no lograr
nuestras metas o los resultados que habíamos querido, se vea amenazado nuestro
trabajo, estudio o hasta nuestra salud al haber pospuesto cosas importantes
como revisiones médicas y más. Llevando entonces a una afectación a la
autoestima y el estado de ánimo.
Otras afectaciones de la
procrastinación son:
La construcción de creencias
irracionales acerca de sí mismo en donde podemos vernos como incompetentes,
irresponsables, y donde también se puede ver al mundo como más exigente de lo
que en realidad es.
Incremento en los niveles de ansiedad
y pensamientos catrastróficos, provocando enojo hacia sí mismos y los demás
Tipos de procrastinación:
1)
Por
evasión, por miedo al fracaso
2)
Por
activación, se posterga una tarea hasta que ya no hay más remedio que
realizarla aunque sea de 5 min antes
3)
Por indecisión,
porque no saben tomar decisiones o no quieren realmente comprometerse a esa
situación
"Procrastinar es un problema de exceso de optimismo
Basicamente creemos que mañana
tendremos mas ganas para hacerlo"
Basicamente creemos que mañana
tendremos mas ganas para hacerlo"
La procrastinación impide alcanzar
todo el potencial que tenemos y ponernos en situaciones emocionalmente más
complicadas.
Quedemos hacer para evitar la
procastinación:
1. Regla de dos minutos: si la actividad
que se esto dura menos de 2 min no debe de ser planificada, solo realizada,
pudiendo extender el tiempo a 10, 15, 20 min.
2. Si se teme una tarea, hay que
realizarla por periodos de tiempo cortos y dejarla, y volver a retomarla después
por otro periodo de tiempo corto. Conviértela en algo rutinario a realizarse
diario.
3. Analiza porque estas posponiendo esa
situación, entiende el origen del problema para poder atacarlo adecuadamente.
4. Hacer un calendario anotando las
actividades que se realizaron en el día, eso dará más consciencia en que se está
invirtiendo tiempo y en que no. Y en el mismo marcar el tiempo que se invirtió en
la actividad buscando que no quede un día sin realizarla. Aprende a poner
límites, a decir no. A no saturarte.
5.
6. Evita las distracciones. Cuantas más
tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo que tienes que hacer, más
fácil será procrastinar. Mantén el móvil, las notificaciones y el acceso a
internet desconectados cuando te dispongas a afrontar tareas complicadas.
7. Otra recomendación que me encontré que me pareció interesante fue:
SI NO ESTAS TRABAJANDO EN ESA TAREA IMPORTANTE, ENTONCES TIENES QUE NO
HACER NADA MAS.
No hacer la actividad que no queremos, pero tampoco hacer nada más,
pudiera parecer una pérdida de tiempo, sin embargo tiene mucha lógica, si nos
ponemos a hacer algo más tenemos la sensación de que en realidad estuvimos muy
ocupados y por eso no tenemos tiempo de hacer lo que no se ha hecho, en cambio
si no hacemos nada más, quedara muy clara la procrastinación y sus motivaciones
y será más fácil poder combatirla.
Procrastinar es un pésimo hábito que genera más problemas que
soluciones, Tenemos que crearnos el hábito de concluir las cosas si realmente
queremos avanzar en la vida. Actividades concluidas, darán pautas a nuevos
retos, nuevos logros, nuevas satisfacciones.
Ana Laura Rosas Bucio
Directora General
de CECAPIP SC
Psicóloga especializada
en Violencia, Tanatología
Suicidio y Sexualidad
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semana 47 [16-22 NOVIEMBRE] 2015. Es una publicación electrónica semanal
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