AÑO 2014, ABRIL-MAYO VOL. 2 No.11. 28/ABRIL/14
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Cómo citar el articulo:
Rosas, Ana L. "Escuchando a las niñas y niños". (abril-mayo, 2014). Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. [en línea] 28 de abril, 2014. Vol 2, No. 11. Disponible en Internet: http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.
ESCUCHANDO A LAS NIÑAS Y NIÑOS
"Un niño siempre puede enseñar tres cosas a un adulto: a ponerse contento sin motivo, a estar siempre ocupado con algo y a saber exigir con todas sus fuerzas aquello que desea". Paulo Coelho.
Con la cercanía de la celebración del día del niño en México, presentamos la sección CECACHICOS por primera vez en nuestra publicación. La idea de este espacio es la de brindarles a nuestros niños un espacio donde ellos y ellas puedan plasmar sus ideas,sus gustos, sus sueños, así como despertar en ellos el interés por escribir, y por lo tanto expresar y como consecuencia lógica el compartir, el comunicarnos quienes son, que necesitan, que los hace felices, que sueñan.
Yo no se ustedes, pero tengo muy claro, por experiencia propia que en mi niñez no era fácil hacer esto, en aquellos entonces mis padres escuchaban y permitían ese compartir en algunos temas, aunque no en otros. A su vez mis padres contaban con una experiencia un poco mas difícil, ya que por los patrones culturales, los niños no podían expresar. Era una muestra de "falta de educación, de control", al menos así lo contaba mi madre. Y ni que decir de los abuelos y su infancia.
Actualmente las cosas ya no son así, las y los niños tienen mucha mas libertad de expresión, estamos muy conscientes de sus derechos y necesidades, sin embargo lo que veo es que ahora ellos ya no saben hacerlo. No es una regla, pero he tenido la oportunidad de ver como los chiquitos ya no usan su creatividad, su imaginación. Ya los juguetes "juegan" por ellos.
Invitando a mis pequeños cercanos a el espacio de CECACHICOS me encontré con un....... pero ¿qué hago?, ¿qué pongo? y cuando contestas......lo que tu quieras....uno de ellos le pregunto a su mamá, ¿pero, qué quiero?. Obviamente no todos son así y me encontré también con pequeños super creativos y talentosos, (¡como yo creo que son todos los niños!) y estamos estructurando la sección para que ellos ¡expresen lo que quieran!. A partir del siguiente artículo de la sección, ya serán los chicos quienes publicarán. ¡Esta es su sección!
Invitando a mis pequeños cercanos a el espacio de CECACHICOS me encontré con un....... pero ¿qué hago?, ¿qué pongo? y cuando contestas......lo que tu quieras....uno de ellos le pregunto a su mamá, ¿pero, qué quiero?. Obviamente no todos son así y me encontré también con pequeños super creativos y talentosos, (¡como yo creo que son todos los niños!) y estamos estructurando la sección para que ellos ¡expresen lo que quieran!. A partir del siguiente artículo de la sección, ya serán los chicos quienes publicarán. ¡Esta es su sección!
¿Sabemos porque celebramos el Día del niño?
Quisiera compartirles que el Día del Niño es una celebración consecuencia de la consciencia acerca de la importancia de la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo. En México, se celebra el 30 de abril, sin embargo en otros países se conmemora en otros días. En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebrara dicho día en la fecha que cada uno considerara conveniente. La ONU lo celebra el 20 de noviembre en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Como consecuencia de dicha Convención se reconoce a las niñas y los niños como sujetos de derecho y nos convierte a los adultos en sujetos de responsabilidades. Y resulta interesante la diferencia entre Declaración y Convención. Una Declaración es una serie de principios y normas y hay un compromiso a cumplirlas, pero el firmarla no le da la obligación a ese gobierno de cumplir su articulado. En una Convención adquieren la obligación de garantizar su cumplimiento.
Quisiera compartirles que el Día del Niño es una celebración consecuencia de la consciencia acerca de la importancia de la promoción del bienestar y de los derechos de los niños del mundo. En México, se celebra el 30 de abril, sin embargo en otros países se conmemora en otros días. En 1954, la Asamblea General de las Naciones Unidas recomendó que se instituyera en todos los países un Día Universal del Niño y sugirió a los gobiernos que celebrara dicho día en la fecha que cada uno considerara conveniente. La ONU lo celebra el 20 de noviembre en conmemoración a la aprobación de la Declaración de los Derechos del Niño en 1959 y de la Convención sobre los Derechos del Niño en 1989. Como consecuencia de dicha Convención se reconoce a las niñas y los niños como sujetos de derecho y nos convierte a los adultos en sujetos de responsabilidades. Y resulta interesante la diferencia entre Declaración y Convención. Una Declaración es una serie de principios y normas y hay un compromiso a cumplirlas, pero el firmarla no le da la obligación a ese gobierno de cumplir su articulado. En una Convención adquieren la obligación de garantizar su cumplimiento.
Mi papa nació en 1940 y no había ni Declaración de los Derechos de los Niños. Yo nací en 1973 y aún no era una obligación garantizar los derechos de la niñez. Hace apenas 25 años estamos obligados los gobiernos y los adultos a garantizar que los niños vivan en bienestar. Y lo real es que aún no hemos podido lograrlo.
Y la pregunta entonces sería, ¿por qué?, ¿por qué aún la niñez no tiene garantizada vivir en bienestar, protegidos por la ley, la religión, la familia, por los adultos que somos los responsables de ellos?. Yo pienso que la respuesta tiene que ver con nuestra propia niñez, con una niñez herida, censurada, lastimada. Con una niñez resentida, negada, dolida que no ha desaparecido, sino que ahora esta "guardada" dentro de nosotros. A nuestro niña y niño interno.
Queremos que el Día del Niño no solo sea el darle un detalle, un regalo, un juguete, en CECAPIP queremos invitar a los adultos a reflexionar acerca de lo que significa este día.
Los niños y niñas tienen Derecho a la supervivencia y desarrollo (alimentación, vivienda, atención a la salud, tiempo libre y recreación), Derecho a protección (contra malos tratos, abandono, explotación y crueldad). Derecho a la participación: a la libertad de expresión, a la información y a la libertad de asociación. Por mencionar algunos de sus derechos.
Y preguntaba hace un rato, ¿porque aún no terminamos de asegurar que nuestros niños y niñas tengan gocen de estos derechos?. Yo creo que porque no fuimos niños que gozamos de estas ventajas. Fuimos niños sin derechos, sin respeto, abandonados, maltratados en algunos casos. Nos convertimos en adultos ya, con niños internos resentidos, dolidos.
"Para educar a un niño por el camino correcto, transite usted por ese camino durante un rato". Josh Billings.
Muchos de los males y preocupaciones que tenemos como adultos son consecuencia de que hemos olvidado la alegría de vivir, la naturalidad que teníamos de niños. La ilusión por los nuevos proyectos, la emoción y nervio ante la espera de que sucedan las cosas, ahora se llama ansiedad, estrés, preocupación, sufrimiento, por el descuido que ahora nosotros tenemos por nuestra/o niña/o interno.
Convertirnos en adultos no hace que dejemos de ser niños, uno no puede dejar de ser algo que fue. Crecemos, el cuerpo biológico cambia, nuestros capacidades y habilidades cognitivas se especializan, y las emociones también crecen junto con nosotros. Pero al haber sido niños, luego adolescentes y ahora adultos, no implica que hayamos dejado de serlos. Dejar a mi niña, desaparecerla sería equivalente a haber mudado mi alma a un cuerpo nuevo, para dejar el viejo. Y eso no sucede. Yo siempre he estado en mi, aún y cuando ¡no he estado a veces! (cuando estoy inconsciente o ausente). Es mi mismo cuerpo el que ha cambiado, soy yo misma la que ha aprendido nuevas cosas, pero no nos deshacemos de lo demás...lo acumulamos con lo nuevo. La niña aún existe, la adolescente también, la adulta joven, todas coexisten conmigo ahora, juntas somos una. Y entonces si esa niña fue herida, lastimada, censurada, seguirá conmigo. Me acompañará en la vida.
La frase con la que inicie el artículo de Coelho me parece maravillosa, y más cuando dice que el niño sabe exigir con todas sus fuerzas aquello que desea....y la pregunta sería, si esa niña o niño no recibió lo que necesitaba, ¿cómo nos exige, nos grita sus necesidades?, y si consideramos que ya no existe, entonces seguimos no escuchando, censurando, lastimando a nuestros niños internos.
Ahora nuestro niño interior es un componente oculto de nuestra personalidad., un niño enojado, desorientado, y que exige, solo que ahora su voz son creencias erróneas, comportamientos destructivos, miedos y limitaciones, se manifiesta como enfermedad.
¿Qué quiere nuestro niño interno?
Nuestro niño y niña interna nos pide que juguemos con la vida, que no nos tomemos tan en serio las cosas, quiere sentirse querido, abrazado y escuchado.
Fue real, es real, y seguirá acompañándonos a lo largo de la vida. Quiere y necesita amor incondicional. Fue una pena que nuestros derechos no fueran reconocidos, ya no podemos hacer nada por cambiar el pasado, pero si podemos responsabilizarnos por nuestro presente y nuestro futuro. Nuestros padres también fueron niños censurados, lastimados, y ellos hicieron lo que pudieron con ello. Nosotros probablemente también tuvimos infancias "complicadas" pero tuvimos más oportunidades y ahora tenemos la responsabilidad de asegurarles a nuestros niños una infancia diferente.
Y por nuestros niños no solo me refiero a nuestros hijos, si no a mi propia niña o niño interno. Proporcionarle una vida llena de derechos a la vida, protección, salud, libertad. ¿cómo quiero que la niñez viva en plenitud de sus derechos, si a mi propia niña la sigo castigando, censurando, callando, lastimando.
La propuesta este día del niño es que nos celebremos reconociendo a la niñez, incluyendo la nuestra, voltear a ver esa parte de mi, y prometerle que no volverá a estar sola/o. Que nos tiene a nosotros, "nosotros debemos estar convencidos de que podemos contar con nosotros mismos". Y entonces podremos empezar a confiar nuevamente, si hay alguien que esta ahí, incondicionalmente, me mira, me reconoce y me cree.
Así confiar es tan sencillo. Sonreír más.
Yo adulta no tengo las mismas necesidades que mi hija. Los niños no necesitamos lo mismo que los grandes. Entonces tengo que reconocer mi ignorancia a esas necesidades y preguntarles, preguntarme que necesita mi niña interna y reconocer y aceptar sus necesidades. Dándole la libertad para expresarse. Seguramente de primera vez, habrá mucho enojo, mucho miedo. Han sido muchos años de silencio. Pero si nuestro niño interno ve que lo aceptamos positiva e incondicionalmente y le permitimos expresar, vaciará su dolor y paulatinamente recobrará su risa, su inocencia, su manera de mirar el mundo, una mirada donde todo existe y es posible con solo desearlo, donde puedes ser quien quieras y donde todo es un reto más a lograr.
Ser mi propia madre o padre, ese idealizado que no tuvimos, pero también con toda la consciencia de la responsabilidad que ahora tenemos con nosotros mismos. Un padre amoroso, comprensivo, tolerante, que permite la expresión, que escucha, pero también un padre que orienta, que cuida, que pone limites firmes, que educa, que sea responsable.
Cuidar a nuestro niño interior es más allá de reconocer que existe, es establecer una fluida comunicación con el, con sus necesidades, un diálogo interno amoroso y respetuoso. Es amarlo, amarme y aceptarme como soy y hacernos cargo ahora nosotros mismos, de su/nuestra indefensión, apoyarlo cuando necesite ayuda, buscar ayuda si nosotros no sabemos hacerlo.
Darle voz; mientras no lo escuchemos seguirá reaccionando, empeorando, más enojado, más envidioso, más celoso, más triste, más miedoso.
Escuchar a nuestro niño interior nos llevara a ser por mucho más felices, más creativos, más libres. Seremos mas alegres, sensibles y entregados. Los y las niñas sanas tienen una extraordinaria capacidad para establecer relaciones afectuosas, hacer amigos, reír, soñar, lograr.
Reconocer a mi niña interior, me ha permitido ver la vida desde una perspectiva diferente. Soy una adulta responsable, la vida me ha enseñado muchas cosas, pero mi niña me ha dado la oportunidad de reírme de mi misma y de la vida, de soñar y de crear, de no tomar todo tan en serio. ¡Se que ahora cuento con mas capacidades para ser feliz!
Ojala todos pensáramos así.
Feliz Día del niño y la niña.
Regalemos atención, amor, escucha a nuestros chicos.
Ana Laura Rosas Bucio
La frase con la que inicie el artículo de Coelho me parece maravillosa, y más cuando dice que el niño sabe exigir con todas sus fuerzas aquello que desea....y la pregunta sería, si esa niña o niño no recibió lo que necesitaba, ¿cómo nos exige, nos grita sus necesidades?, y si consideramos que ya no existe, entonces seguimos no escuchando, censurando, lastimando a nuestros niños internos.
Ahora nuestro niño interior es un componente oculto de nuestra personalidad., un niño enojado, desorientado, y que exige, solo que ahora su voz son creencias erróneas, comportamientos destructivos, miedos y limitaciones, se manifiesta como enfermedad.
¿Qué quiere nuestro niño interno?
Nuestro niño y niña interna nos pide que juguemos con la vida, que no nos tomemos tan en serio las cosas, quiere sentirse querido, abrazado y escuchado.
Fue real, es real, y seguirá acompañándonos a lo largo de la vida. Quiere y necesita amor incondicional. Fue una pena que nuestros derechos no fueran reconocidos, ya no podemos hacer nada por cambiar el pasado, pero si podemos responsabilizarnos por nuestro presente y nuestro futuro. Nuestros padres también fueron niños censurados, lastimados, y ellos hicieron lo que pudieron con ello. Nosotros probablemente también tuvimos infancias "complicadas" pero tuvimos más oportunidades y ahora tenemos la responsabilidad de asegurarles a nuestros niños una infancia diferente.
Y por nuestros niños no solo me refiero a nuestros hijos, si no a mi propia niña o niño interno. Proporcionarle una vida llena de derechos a la vida, protección, salud, libertad. ¿cómo quiero que la niñez viva en plenitud de sus derechos, si a mi propia niña la sigo castigando, censurando, callando, lastimando.
La propuesta este día del niño es que nos celebremos reconociendo a la niñez, incluyendo la nuestra, voltear a ver esa parte de mi, y prometerle que no volverá a estar sola/o. Que nos tiene a nosotros, "nosotros debemos estar convencidos de que podemos contar con nosotros mismos". Y entonces podremos empezar a confiar nuevamente, si hay alguien que esta ahí, incondicionalmente, me mira, me reconoce y me cree.
Así confiar es tan sencillo. Sonreír más.
Yo adulta no tengo las mismas necesidades que mi hija. Los niños no necesitamos lo mismo que los grandes. Entonces tengo que reconocer mi ignorancia a esas necesidades y preguntarles, preguntarme que necesita mi niña interna y reconocer y aceptar sus necesidades. Dándole la libertad para expresarse. Seguramente de primera vez, habrá mucho enojo, mucho miedo. Han sido muchos años de silencio. Pero si nuestro niño interno ve que lo aceptamos positiva e incondicionalmente y le permitimos expresar, vaciará su dolor y paulatinamente recobrará su risa, su inocencia, su manera de mirar el mundo, una mirada donde todo existe y es posible con solo desearlo, donde puedes ser quien quieras y donde todo es un reto más a lograr.
Ser mi propia madre o padre, ese idealizado que no tuvimos, pero también con toda la consciencia de la responsabilidad que ahora tenemos con nosotros mismos. Un padre amoroso, comprensivo, tolerante, que permite la expresión, que escucha, pero también un padre que orienta, que cuida, que pone limites firmes, que educa, que sea responsable.
Cuidar a nuestro niño interior es más allá de reconocer que existe, es establecer una fluida comunicación con el, con sus necesidades, un diálogo interno amoroso y respetuoso. Es amarlo, amarme y aceptarme como soy y hacernos cargo ahora nosotros mismos, de su/nuestra indefensión, apoyarlo cuando necesite ayuda, buscar ayuda si nosotros no sabemos hacerlo.
Darle voz; mientras no lo escuchemos seguirá reaccionando, empeorando, más enojado, más envidioso, más celoso, más triste, más miedoso.
Escuchar a nuestro niño interior nos llevara a ser por mucho más felices, más creativos, más libres. Seremos mas alegres, sensibles y entregados. Los y las niñas sanas tienen una extraordinaria capacidad para establecer relaciones afectuosas, hacer amigos, reír, soñar, lograr.
"Quién conserva su corazón de niño.....conserva su corazón".
Reconocer a mi niña interior, me ha permitido ver la vida desde una perspectiva diferente. Soy una adulta responsable, la vida me ha enseñado muchas cosas, pero mi niña me ha dado la oportunidad de reírme de mi misma y de la vida, de soñar y de crear, de no tomar todo tan en serio. ¡Se que ahora cuento con mas capacidades para ser feliz!
"Soy un paranoico al revés. Siempre sospecho que la gente está planeando algo para hacerme feliz". Jerome David Salinger.
Ojala todos pensáramos así.
Feliz Día del niño y la niña.
Regalemos atención, amor, escucha a nuestros chicos.
Ana Laura Rosas Bucio
Directora General de CECAPIP S.C.
28 de abril de 2014
AVISO LEGAL
Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. Año 1 No.11 Semana 11 [28 abril-4 mayo] 2014. Es una publicación electrónica semanal editada y publicada por el Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C., ubicado en Calle Hidalgo No. 17 A-203, Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México D.F. CP. 09850. Tel 01(55)54436420, www.cecapip.blogspot.mx, cecapip@hotmail.com. Editor responsable: Ana Laura Rosas Bucio.
Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014-032717252400-203. ISSN 2007-9486, ambos otorgados por el Instituto Nacional del derecho de Autor.
Responsable de la actualización de la página, Área de Publicaciones de CECAPIP S.C.: Ana Laura Rosas Bucio, Hidalgo no. 17, A 203 Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México, D.F. CP. 09850. Fecha de la última modificación, 29 de septiembre, 2014.
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