Cómo citar el
artículo:
Carrasco, C.: "El
Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad desde la teoría".
(marzo-abril, 2015). Centro de Capacitación Profesional, Industrial y
Profesional S. C. [en línea] 23 de marzo, 2015. Vol. 8, No. 58.
Disponible en Internet: http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.
EL
TRASTORNO POR DÉFICIT DE ATENCIÓN DESDE LA TEORÍA
Cristina Carrasco Avila
En definitiva, los niños y las
niñas de nuestros días han sufrido cambios radicales de comportamiento en
relación a los niños que nosotros fuimos, esto podemos atribuírselo a distintas
causas; desde una evolución socio histórica, hasta el desarrollo de la
tecnología del conocimiento y la computación; sin embargo, otro factor decisivo
ha sido lo que hoy conocemos como TDAH, es finalidad del texto hablar de este
trastorno desde la teoría. En la sección CECACHICOS, la próxima semana hablaremos
desde la praxis pues en algún momento el desarrollo empírico puede aportar más
información real y de actualidad que los textos. Sin embargo primero sentemos
las bases teóricas que nos permitirán tener una visión desde la experiencia de
todos los estudiosos en el tema.
El TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e
Hiperactividad), es un trastorno neurológico hereditario en el que se ve
involucrada una producción insuficiente de dopamina, cuyas funciones son la de analizar la información y
prepararse para responder, la inhibición motora, cognitiva y emocional;
la planificación, y la memoria de trabajo a corto plazo; y de la noradrenalina
que se encarga de la flexibilidad cognitiva, elegir la información más significativa,
evitar lo que no sirve y fijar la atención en nuevos estímulos; al no producir
el cerebro en cantidad suficiente estos dos neurotransmisores se ve limitada la
capacidad de funcionar adecuadamente del cerebro ejecutor ubicado en el Lóbulo
Frontal.
Existen tres subtipos:
·
Predominantemente
inatento, el cual se caracteriza por no
terminar las cosas que empieza de manera frecuente, a menudo parece que no
escucha, se distrae fácilmente, se le dificulta concentrarse en tareas
escolares.
· Predominantemente hiperactivo e impulsivo, cuyas
características son, por ejemplo, actúa
antes de pensar, cambia excesiva y desorganizadamente de una actividad a otra,
le cuesta trabajo organizar las tareas, requiere de una supervisión constante,
tiene dificultad para esperar su turno, tienda a correr por todos lados, le
cuesta trabajo permanecer en su lugar o sentado, no mide el peligro, pareciera
que su energía no acaba.
· El mixto o combinado, en el cual podremos encontrar
una combinación de características del subtipo inatento e
hiperactivo-impulsivo.
El TDAH se puede
diagnosticar mediante entrevista clínica con un psicólogo/psiquiatra los cuales
tienen la responsabilidad de hacer una valoración exhaustiva mediante escalas
psicométricas, a través de una investigación profunda del contexto heredo-familiar
y escolar del niño, y de ser necesario electroencefalogramas o mapeos
cerebrales.
El tratamiento del
TDAH es multidisciplinario e integral, pues incluye el psicólogo cognitivo
conductual preferentemente y al neuropediatra en caso de ser necesaria la ayuda
farmacológica; así mismo al psicólogo educativo, los maestros de la escuela con
quien convive el niño y en definitiva una participación activa por parte de los
padres de familia.
La edad de aparición
del trastorno es en los primeros 5 años de vida del niño sin embargo tiende a
recrudecerse durante su inserción en la vida escolar, es decir a los 7 años de
edad, pues empieza a tener un deterioro académico y social. El TDAH detectado y
tratado a temprana edad es algo que puede ser psicoeducado de manera bastante
favorable y con muchas probabilidades de no requerir medicación, evitando el retraso
cognitivo, la baja autoestima, las etiquetas escolares, las expulsiones de las
instituciones educativas y generando que la vida del niño transcurra como la de
cualquier otro; obteniendo los mismos logros e integrándose socialmente de
manera sana; De manera contraria y comúnmente, cuando es detectado tardíamente este
trastorno puede evolucionar y traer
consigo trastornos comórbidos tales como el Trastorno Negativista Desafiante,
El Trastorno Disocial de la Conducta, Ansiedad y Depresión Infantil, Problemas
de Aprendizaje y Disfunciones Ejecutivas.
Una vez detectado que
el niño tiene TDAH el abordaje psicológico es indispensable, pues el proceso
terapéutico tiene como finalidad enseñar al niño a manejar el proceso atención,
de establecer contacto ocular cada vez que escuche su nombre, que aprenda a
seguir reglas e instrucciones, a esperar su turno, a integrarse, es decir, a
superar todas aquellos síntomas característicos del TDAH.
El abordaje del niño
TDAH desde el contexto familiar deberá generarse a partir de un ambiente
estructurado en la vida del niño, es decir, habrá de crearse una rutina y
tratar de que el niño permanezca en ella lo mas consistentemente posible, no se
trata de imponer una rutina con horarios estrictos, porque esto a la larga
puede resultar difícil y cansado, basta
solamente con enlazar una actividad con otra y que diariamente tengan el mismo
orden, en caso contrario el día que
fuese distinto se debe tratar de dar recordatorios al niño de que ese día la
agenda será diferente; el esfuerzo que hacen estos niños por hacer las cosas
bien es muy grande, lamentablemente con frecuencia no dan en el blanco, por lo
cual es necesario que los padres sean pacientes y tolerantes ante el
aprendizaje a prueba y error que tiene el niño.
Así mismo, es
menester que los padres observen congruencia conductual para que el niño
desarrolle el aprendizaje por imitación, esto ayuda bastante a modelar la
conducta de cualquier niño, pero en especial al niño TDAH pues él observa un
patrón y se guía por dicho patrón; tanto en cuestiones de orden como de control
de emociones y de la manera de reaccionar del adulto.
Otro punto importante
es darle el valor a los logros del niño, reforzándole para que aumente sus conductas asertivas y tratando de
ignorar todo aquello que no sea significativo; estos niños responden
favorablemente si son debidamente estimulados positivamente.
El abordaje desde el
ambiente escolar resulta más complejo debido entre otras cosas a que la
educación no es personalizada, hay un mínimo de 20 niños por aula en escuela
privada y en una escuela pública entre 30 y 40 niños; entonces el docente aparte de desconocer como
se trabaja con el niño con TDAH, deberá asegurarse de que el resto también lo
haga; otro factor que dificulta el desarrollo del niño en clases es que cada
tarea tiene un tiempo aproximado asignado y que en ese tiempo el niño deberá
terminar su actividad para pasar a otra, el desarrollo de la actividad del niño
tiene una temporalidad diferente a la de un niño que no tiene el trastorno.
Sin embargo, aún
cuando existen estos factores atenuantes, si existe una colaboración y
comunicación constante y fluida entre el maestro y la familia del niño con el
trastorno, se puede resolver la deficiencia que vaya presentando el niño; las
tareas no concluidas, por ejemplo, se pueden terminar en casa y presentar al
siguiente día, se puede evaluar al niño en función de su esfuerzo y no
propiamente del producto completo, incluso en determinado momento si el niño no
contesta un examen el docente puede/debe aplicar el examen oral, se dará cuenta
que el niño conoce mas de lo que puede plasmar debido a la inatención que
presenta.
Conductualmente el
niño TDAH genera disrupción dentro del contexto escolar, pues es común que se esté parando, que pida
permiso constantemente para salir al baño, para tomar agua, que se le caigan
los lápices, etc., esto es debido a que hay una necesidad no consiente de
estarse moviendo y parando (no es por llamar la atención); estas
características pueden moderarse e irse condicionando si desde dentro del aula
el docente permite al niño moverse dándole roles de “importancia”, de manera que le ayude a repartir y recoger
hojas, colores, a manejar el cañón, etc.
y mediante acuerdo con
el niño se consensara la cantidad de veces que sale al baño y a tomar agua.
Si una vez hecho todo
lo antes mencionado, la intensidad de los síntomas del niño con TDAH no disminuye considerablemente y
mejora el desempeño familiar y escolar, se requiere la intervención de un
neurólogo pediatra para que ordene estudios (electroencefalogramas, mapeos
cerebrales, etc.) y considere si es pertinente recurrir a la farmacología.
Espero que esta información nos pueda dar una
breve introducción al tema y nos permita tener más claridad acerca del mismo y
los espero la siguiente semana en la sección CECACHICOS donde hablaremos del
TDAH, desde un punto de vista de la "práctica" en mi ejercicio como
psicóloga clínica especializada en estos casos.
Cristina
Carrasco Ávila
Psicoterapeuta
especializada
en TDAH
cristyca6@hotmail.com
23 DE
MARZO 2015.
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