lunes, 24 de febrero de 2014

CECA-TANATOLOGÍA

AÑO 2014, VOL. 1 No. 2 24/FEB/14

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Cómo citar el articulo:
Rosas, Ana L. Editorial "¿Qué es vivir Tanatológicamente". (febrero-marzo, 2014) . Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. [en línea] 24 de febrero, 2014. Vol 1, No. 2. Disponible en Internet:  http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.


¿Qué es vivir tanatológicamente?

"El hombre que ha empezado a vivir seriamente por dentro, empieza a vivir más sencillamente por fuera".Ernest Hemingway

La primera vez que escuché que los seres humanos tenemos que aprender a morir pensé: “¿También para eso hay que estudiar?”.... Me queda claro que en ese tiempo era yo muy joven y en la familia de la que vengo eso de la muerte no era un tema que se tratara mucho…


Más adelante, ya como profesional de la salud mental, encontré una palabra que me llamó poderosamente la atención… esa palabra era “tanatología”. Y recordé aquella conversación en donde alguien dijo que había que aprender a morir. Me interesé y descubrí que esta disciplina –la tanatología– podía ayudarme a entender algunas problemáticas que vivían las personas con las que yo trabajaba. Ahora me río de aquella reflexión, según la cual sólo los demás lo necesitaban, ¡yo no! Ja, ja, ja.

Y en el camino hice uno de los descubrimientos más grandes de mi vida. Hablando de la muerte, estudiando la muerte, yo creía que iba a aprender a morir y a acompañar a mis seres queridos en su momento final de vida… pero sucedió eso y algo aún mejor: Aprendí a vivir. Seguramente ustedes se preguntarán: ¿cómo una disciplina que estudia la muerte puede enseñar sobre la vida? 

¿Qué es la tanatología? 

Déjenme platicarles, la tanatología es una disciplina humanista que estudia la muerte y las pérdidas. Etimológicamente proviene de las palabras griegas tánatos que significa muerte y logos que significa estudio o tratado. Entonces, por su etimología, la tanatología es el estudio de la muerte. Pero en definiciones más modernas se considera como el estudio interdisciplinario de la muerte y el moribundo, especialmente de las medidas para disminuir el sufrimiento y el dolor de los enfermos terminales. También tiene otros objetivos como estudiar los sentimientos de culpa y pérdida de los familiares y amigos, así como evitar la frustración del personal médico. 

La tanatología aborda el fenómeno de la muerte desde varias perspectivas relacionadas con todo lo que significa e implica morir: humanista, religiosa, espiritual, social, psicológica, médica, legal, etc. El objeto formal de la tanatología es el proceso de morir y la muerte misma. Pero, como ya había dicho, actualmente su campo de trabajo se ha extendido a las pérdidas y sus consecuencias. La finalidad de la tanatología es “humanizar el proceso de la muerte y proporcionar al hombre una muerte digna”. Así como desmitificar la muerte y el hecho de morir, aprendiendo a convivir con esa realidad. Educar para la vida para que, partiendo del conocimiento personal, cultural, social y científico, podamos no sólo morir, sino también vivir con dignidad. 

Aprender a vivir

Entonces me di cuenta de que aprender a morir me podía enseñar a vivir. Cuando yo comprendí que soy un ser mortal –no es que no lo supiera, pero como todos pensaba que la muerte sólo se da en personas mayores o en gente enferma y, por supuesto, eso no me iba a pasar a mi– me inundó un gran miedo. ¡Podía morirme en cualquier momento! Nada aseguraba que yo iba a llegar a ser mayor. Nada me aseguraba que no iba a enfermarme. 

Pero junto con ese miedo, también vino una gran certeza: Sólo tengo el día de hoy. Y decidí aprender a vivir sólo el día que tengo, no el siguiente –el futuro no existe–, no el anterior –el pasado ya pasó–. Aprendí a no posponer las cosas, a tomar las oportunidades que me da la vida, a no engancharme en resentimientos y a no dejar pendientes para después. Aprendí a disfrutar los momentos, a capitalizar lo que tengo y a vivir feliz sin necesitar tanto. Sólo lo que existe es lo que tengo. Y descubrí que puedo ser feliz ¡con tan pocas cosas! Puedo ser feliz, porque respiro, porque camino, porque trabajo, porque amo y tengo gente que me ama. La tanatología me enseñó también a valorar a mis personas queridas, a disfrutarlas, a estar bien con ellos y ellas, porque no sé cuándo se pueden ir, porque no sé cuando me puedo ir.

Lo que ganamos cuando perdemos

Me di cuenta de que en mi vida he perdido muchas cosas, muchas personas, muchos sueños y que cada una de esas pérdidas me ha generado un gran dolor. Unas más, otras menos, pero todas esas pérdidas también me regalaron un aprendizaje. He madurado, he crecido y, principalmente, he continuado mi vida. Ahora sé que se pierde a alguien o algo y se gana a otras personas u otras cosas, y que siempre hay sueños más adelante que poder realizar. Veo que la vida es cíclica: nacemos, crecemos, nos desarrollamos y morimos. Del mismo modo, un proyecto nuevo aparece, se realiza, se disfruta y, también, se acaba.

Y que siempre que se cierra algo, siempre que una vida se acaba, empieza otra. Descubrí que partes de mí se han acabado. ¡He perdido tanto como esas personas que yo decía que iba a ayudar! Pero, aprendí, que cada que pierdo me convierto en una nueva persona, más madura, más libre y, a veces, incluso más feliz. Y no quiere decir que las pérdidas ya no duelan, siempre dolerán, pero vivir tanatológicamente, me permite expresar mi dolor con más libertad, y dejar que fluya y que me enseñe lo que tengo que aprender de ese dolor. Y cuando la pérdida se supera, entonces soy una mejor persona. 



VINE A ESTA VIDA A SER FELIZ Y A SER LA MEJOR PERSONA QUE PUEDO SER

Y hablando de esto, la tanatología me llevó a preguntarme: ¿cuál es el objetivo de mi vida?, ¿a qué vine a este mundo?, ¿qué huella voy a dejar en él?, ¿para qué va a servir mi vida?... Cuestionamientos que ya me había hecho en algún momento, pero sin llegar a ninguna respuesta. Tengo que confesar que aún no he podido contestar del todo esas preguntas, pero ya tengo la respuesta más importante: Vine a esta vida a ser feliz y a ser la mejor persona que puedo ser. En cuanto a todo lo demás, ahora sé que llegará por añadidura.

Vivir tanatológicamente

Entonces, vivir tanatológicamente es, en primer lugar, vivir conscientes de que somos seres mortales y de que tenemos que aprovechar el poco o mucho tiempo que tenemos en esta vida. 

Te invito a que continúes con las lecturas de esta sección, pero principalmente te invito a que a partir del día de hoy te propongas vivir tanatológicamente; a que te hagas el propósito de disfrutar las pequeñas o grandes cosas que la vida te regale. Que a partir del día de hoy, les digas a tus seres amados lo que sientes por ellos, te esmeres en el cuidado de tu persona y después les regales un rato de ti a los demás. 

Te invito a que te cuestiones qué has aprendido de las experiencias malas o buenas que has vivido, a que reconozcas las ganancias que te han dejado las pérdidas, a que te contestes cuál es tu misión en esta vida. Te invito a que si descubres que hay dolor guardado en ti, que hay miedo, tristeza, enojo o culpa, te preguntes para qué te sirven, y si descubres que estos sentimientos no te sirven para nada, decidas alejarlos de tu vida. A veces uno puede solo, a veces necesitamos un empujoncito o una ayuda para que esas cosas se vayan de nuestra vida y empecemos entonces a vivir de verdad.

En resumen, la perspectiva que le dará la tanatología a nuestra vida nos ayudará a aprovechar el tiempo que tenemos y a aprender a disfrutar lo que tenemos. Tener conciencia de la vida y la muerte implica que decidamos cuidarnos y cuidar a los demás, vivir más libres y plenos, gozar de nuestras relaciones con los demás, quitarnos los pendientes y aprender a hacer exactamente lo que tenemos que hacer. 

Tal vez no hemos aprendido a vivir así, pero, mientras estemos vivos, tenemos tiempo para hacerlo.

Como puedes ver, la perspectiva de la tanatología puede enriquecer mucho tu vida, pues no sólo se trata de aprender a morir o a dejar ir a nuestros seres queridos, llegado el momento –cosas muy necesarias–, sino también y fundamentalmente de aprender a vivir.

Vivir tanatológicamente no es difícil, sólo hay que entender que lo único que tenemos es el hoy, el aquí y el ahora, y estar convencidos de que no necesitamos más de lo que tenemos para ser felices.

Ana Laura Rosas Bucio
Directora General de CECAPIP S.C.

Mayores informes de los Diplomados a: cecapip@hotmail.com



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Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. Año 1 No. 2 semana 2, [24 febrero- 2 marzo] 2014. Es una publicación electrónica semanal editada  y publicada por el Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C., ubicado en  Calle Hidalgo No. 17 A-203, Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México D.F. CP. 09850. Tel 01(55)54436420, www.cecapip.blogspot.mx, cecapip@hotmail.com. Editor responsable: Ana Laura Rosas Bucio.
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