lunes, 11 de agosto de 2014

CECAPSICOLOGIA

                                                          AÑO 2014, JULIO-AGOSTO VOL. 4 No. 26, 11/AGOSTO/14
Puedes usar la información de este articulo citando la referencia bibliográfica y respetando los derecho de autor. Toda la información de este blog tiene Derechos Reservados.
Cómo citar el articulo:
Rosas, A. "Adicciones: Cuando en la búsqueda de placer te dañas". (julio-agosto, 2014). Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S. C. [en línea] 11 de agosto, 2014. Vol. 4, No. 26. Disponible en Internet:  http://cecapip.blogspot.mx. ISSN 2007-9486.

ADICCIONES: CUANDO EN LA BÚSQUEDA 
DE PLACER TE DAÑAS
"La adicción no es más que un sustituto muy 
degradado de una verdadera experiencia de gozo"
Robert Johnson
Ningún ser vivo tiene adicciones, solo los seres humanos. Los animales y las plantas tienen necesidades, sólo los seres humanos convierten sus necesidades en adicciones. Las plantas y los animales funcionan impecablemente: son perfectos, sacian sus necesidades con precisión, jamás intentan ir más allá de lo que necesitan o de sí mismos o peor aún  huir de si mismos. El humano sí. 
El ser humano tiene un conflicto existencial eterno que resolver, está obsesionado con trascender, con conseguir mas y al mismo tiempo huye, se aleja de lo que le asusta, de lo que le duele. Quiere tener, lograr, gozar, estar bien, ser feliz, sin ninguna consecuencia, sin ningún esfuerzo. 
Cuando niños pequeños esto es normal, diría Freud que ésto sucede gracias a nuestra estructura inconsciente llamada Ello, que funciona bajo el principio del placer. Sin embargo él mismo nos explica que el ser humano tiene otra estructura en su aparato psíquico, otra opuesta, que trabaja bajo el principio del deber, (desarrollada entre los 3 y 7 años)  una llamada super yo. Ambas existentes en el ser humano, ambas buscando cosas en la mayoría de las veces opuestas. Pero afortunadamente para los seres humanos, contamos con una solución, con nuestra tercera estructura que viene a ayudarnos a resolver los conflictos eternos que se generan entre el placer y el deber, el llamado YO, (desarrollada al primer año de vida cuando el niño empieza a comprender con mayor claridad su realidad y su vida). El YO es el administrador de la personalidad, funcionando bajo el principio de realidad cuya misión entre las muchas que tiene es, ayudarnos a equilibrar estas energías o fuerzas, dándole satisfactores a ambas en los momentos en donde verdaderamente se requiera. Si nuestro Yo esta saludable, fortalecido, sabremos mediar entre el placer y el deber y hasta combinarlos, para que lo obligatorio se experimente como placentero y viceversa. Pero si esta debilitado alguna de las fuerzas ganara al yo y dominara la personalidad.
En el caso de las adicciones, la fuerza que domina es la búsqueda de placer, y entonces el deber y principalmente el yo están muy debilitados. El deber y la realidad son fuerzas débiles que necesitarían ser fortalecidas. Para que la persona comprenda el daño que se genera, y pueda entonces aprender a vivir y a enfrentar y solucionar su realidad. !Claro! sin descuidar el placer, solo buscando experimentar un placer basado en la realidad y cuidando las consecuencias. 
Entonces el ser humano aún y cuando sea un joven adolescente o un adulto, es como si emocionalmente fuera un niño muy pequeño. Solo buscando el placer, sin querer enfrentar responsabilidades, consecuencias, ni su realidad.
Las adicciones entonces son el invento humano para darse la espalda, para no mirar dentro de sí y encontrarse con sus conflictos. Son un artificial pero efectivo método de huir de sí mismo, de las responsabilidades, de su realidad.
Toda adicción tiene la característica de alterar de manera inmediata el estado emocional de una persona. El problema radica en que hay un comportamiento inadecuado para buscar el placer o evitar el dolor. Y son comportamientos indecuados o mejor dicho destructivos, porque sabemos perfecto los daños que acarrean, tanto a la salud física como emocional, en sus relaciones con los demás, en su desarrollo escolar y laboral.
La persona adicta busca en las sustancias o comportamientos una serie de cosas que le ayudan a manejar las emociones o situaciones que no sabe como hacer en la realidad, entre las cuales podemos citar:

  • Creación de un sentimiento de felicidad o excitación, lo que tiene que llevar a reflexionar en las necesidades de la persona y su dificultad de encontrar en su realidad esta felicidad o emociones placenteras, ya sea por que no existen, o porque la misma persona no sabe generarlas en si, de manera natural. 
  • Liberación de ansiedad o de otro dolor emocional: la persona que padece una adicción tiene una grave incapacidad de manejar sus emociones, no las conoce, no sabe interpretarlas, entenderlas y menos controlarlas, su expresión es totalmente errónea, porque no permite que éstas fluyan y se expresen de manera correcta y saludable, ya que lo que desea y busca es desaparecerlas inmediatamente, ocultarlas, pero al hacerlo de esta manera, al ocultarlas, evadirlas, disfrazarlas, no expresa, entonces las emociones dolorosas ahí siguen, y se van acumulando y cada vez se vuelven mas imanejables, lo que lleva a la persona a la necesidad de querer ocultar o desaparecerlas, y si junto con ésto pensamos en la dependencia fisiológica que tienen muchas de las sustancias a las que podemos ser adictos, pues la situación es doblemente grave. 
  • Creación de un sentimiento de poder o confianza: carencias muy propias de la persona
    atrapada en una adicción. Buscan en las sustancias o comportamientos sentirse bien consigo mismos, sentir que tienen el control de su propia vida. Y además buscan que estas sensaciones no desaparezcan. Pero la complicación resulta en que las sustancias y comportamientos a los que podemos ser adictos solo nos crean estados "artificiales" y entonces por lo tanto, nunca serán estados permanentes, y menos verdaderos. Es entonces pretender mágicamente al consumir la sustancia o el objeto de su adicción convertirse en quien no es, y no porque no pueda serlo, sino porque jamás va  a obtenerlo de esa manera. Penosamente para la persona atrapada en las adicciones, buscando obtener poder y control de su propia vida, se vuelve esclavo de su adicción.
  • Creación de un sentimiento de conexión o unidad: siendo la necesidad de conexión una necesidad muy humana, que todos sin excepción necesitamos sentir. Una persona sana emocionalmente aprende a socializar al principio de su vida y durante el camino de la misma aprende a establecer relaciones emocionalmente significativas y profundas. Una persona con carencias no sabe establecer estas relaciones, aunque trata a los demás, estas relaciones no cumplen los requisitos para ser emocionalmente nutrientes. Las sustancias o comportamientos vuelven  a engañar  a la persona. Le hacen creer que las otras personas  son sus amigos, que son un grupo, una familia. Sin embargo, como podemos construir conexión con los demás cuando las sustancias nos sacan de nosotros mismos, nos alteran nuestra percepción real de las emociones. ¿Cómo podemos conectar con los demás, cuando no podemos siquiera conectar con nosotros mismos?. ¿Cómo podemos sentirnos en unidad con los demás, cuando nosotros mismos no lo somos, al huir de nuestras propias emociones o nuestra realidad? 
Detrás de una adicción hay:
1:- La necesidad de compensación de vacíos, heridas, insatisfacciones, fracturas emocionales. De querer borrar y desaparecer los aspectos dolorosos de su vida. Aspectos que no sabe como enfrentar, que probablemente son tan dolorosos y que además no cuenta con los mecanismos emocionales, sociales para poder solucionarlos.
2.-  La necesidad de evadir la responsabilidad, y la realidad que nos causa dolor y miedo
3.- Sentir placer para desaparecer el dolor, la insatisfacción y las carencias. 
La persona que padece una adicción encontró que la manera de sentirse bien es consumiendo, es la única forma que utiliza para manejar sus sentimientos desagradables. Huye del dolor, busca libertad, busca conexión, necesita sentir placer. Todos lo necesitamos. El problema es la manera de hacerlo. Uno no puede buscar el dolor dañándonos. Eso es una enorme contradicción. El placer debe disfrutarse, y si, el dolor debemos de evitarlo, pero no huyendo de el, el dolor es la manera que tiene nuestro cuerpo, nuestra mente y nuestras emociones de expresarnos que algo esta mal. Y su función es llevarnos a mirar lo que esta mal en nosotros para que lo atendamos, para que lo solucionemos. Huir del dolor solo lo acumula.

Todas la adicciones tiene como fin la búsqueda del placer inmediato y/o la fuga de los estados emocionales desagradables. Todos los seres humanos buscamos el placer y evitamos el displacer de una u otra manera sana o no, el acercamiento entonces a las sustancias provoca un estado de placer artificial  momentáneo, lo que provoca una búsqueda continua cada vez mas obsesiva de la sustancia, provocando que se adueñe de tu tiempo, el pensamiento, las acciones y en general de la persona. nos esclaviza, nos atrapa. Adueñándose de nuestra vida. 
Las adicciones nos alejan de nosotros mismos y de los demás, nos arruinan en todos los sentidos (financiero, social, profesional, escolar). En la necesidad de encontrar placer, encontramos dolor. El costo que pagamos por ese placer es tan caro que tenemos que pagarlo con nuestra vida. 
Ayudar al adicto es ayudar a que se recupere a si mismo, a que se conecte consigo y los demás, a que madure y aprenda a enfrentar sus molestias, dolores, a expresar sus malestares. No podemos evitar que las cosas sucedan, pero en nuestras manos si esta asumir una actitud que nos permita ir mas allá de ellos, ser mas allá de lo que es. El dolor no es grato, pero la única manera de realmente quitarlo es enfrentándolo.
Vivir en la realidad, cumplir con nuestro deber, el único que tenemos: Amar. Y entonces hacer de ese deber, una obligación, conseguir una vida placentera, basada en la realidad. Renacer de las cenizas, despertar de esa pesadilla de engaños y artificios, ese es el reto, pero también concientizarnos de la importancia de enseñar a enfrentar las situaciones, de fortalecer nuestro yo, para que pueda vivir en esta realidad sin sufrirla. 
Detener la violencia, el maltrato que nos daña, y nos empuja a querer salir de nosotros mismos. Amarse a uno mismo, amar a los demás, debe de ser nuestra obligación y nuestra manera de obtener placer. un placer basado en la salud y la realidad.



Ana Laura Rosas Bucio
Directora General 
de CECAPIP S.C.


11 DE AGOSTO 2014.


AVISO LEGAL
Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C. Año 1 No.26 Semana 26 [11-17 de agosto] 2014. Es una publicación electrónica semanal editada  y publicada por el Centro de Capacitación Profesional, Industrial y Profesional S.C., ubicado en  Calle Hidalgo No. 17 A-203, Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México D.F. CP. 09850. Tel 01(55)54436420, www.cecapip.blogspot.mx, cecapip@hotmail.com. Editor responsable: Ana Laura Rosas Bucio.
Reserva de Derechos al Uso Exclusivo No. 04-2014-032717252400-203. ISSN 2007-9486, ambos otorgados por el Instituto Nacional del derecho de Autor.
Responsable de la actualización de la página, Área de Publicaciones de CECAPIP S.C.: Ana Laura Rosas Bucio, Hidalgo no. 17, A 203 Col. San Nicolás Tolentino, Delegación Iztapalapa, México, D.F. CP. 09850. Fecha de la última modificación, 29 de septiembre, 2014.
Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura del editor de la publicación: Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización de CECAPIP S.C. Se puede usa la información de los artículos haciendo uso de la referencia bibliográfica localizada en la parte superior del mismo.